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Oh Laverre. Querido Laverre |
-> La Torre de la Alegría |
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Lucas dejó caer su pesada espalda de hombre mayor sobre el polvoriento cojín que le servía de cama, miró rápidamente a su mano, arrugada, pálida y sugetando a una vieja y oxidada Pokéball. Él sonrió, acercó la Pokéball a su cara para verla mejor, su sonrisa se desvaneció de la cara y simplemente dejó caer el objeto, que se abrió instantáneamente, nada salió de la esfera metálica, estaba completamente vacía. Las luces de la vieja cabaña donde se encontraba empezaron a parpadear, se levantó debilmente, ocasionando el crujido de una de las tablas del suelo. Las luces se apagaron completamente y Lucas dio un paso atrás, inseguro de continuar o no. Su pelo canoso fue sacudido por el viento que entraba por la puerta, que de repente, se cerró, provocando un fuerte estruendo. "Lu-Lu-Lu-Lu!~~" Canturreaba una voz distorsionada "Lu-Lu-Lu-Lucas~~" Volvió a decir. Lucas no se atrevió a responder, cerró los ojos fuertemente al ver que la luz volvía a la habitación, pero no pudo mantenerlos así por mucho tiempo, pues pronto los abrió otra vez para mirar a lo inevitable, para mirar a su destino. Un grupo de tres figuras humanoides blancas, despellejadas y con varias heridas alredor del cuerpo. Su cuerpo era delgado y fino, sus brazos delicados y huesudos, al igual que sus piernas. Su cabeza era más gruesa pero igual de blanca. Sus bocas eran anchas, con largos colmillos que incluso llegaban a atravesar la delgada piel que les cubría los huesos. No tenían cara, en su lugar habían cicatrices abiertas, que espumeaban un líquido negruzco alrededor del cuerpo "Luo-Luo-Luo-Luo-Lo recuerdas!~~" Canturreó una de ellas, antes de avalanzarse contra Lucas junto a sus compañeras. Entonces, el hombre de avanzada edad tuvo una visión, una visión de lo que esas criaturas realmente eran.
Era una noche tormentosa en la ruta catorce de Kalos, Lucas, un joven entrenador de veinte años corría através del lluvioso paisaje pantanoso que formaba dicha ruta, también llamada la Arboleda Romantis o la Arboleda Laverre. Acompañando a Lucas se encontraba su pequeño equipo de dos Pokémon, los dos fuera de sus respectivas Pokéballs, el primero de ellos era un Pansear, que estaba refugiado dentro de la mochila de su entrenador, mientras que el segundo era un Budew, que se encontraba corriendo junto a Lucas "¡Tenemos que llegar a Ciudad Romantis!" Exclamó, las gotas de lluvia recorrieron su cara entusiasmada, mientras gritaba, una de ellas (una bastante grande, de hecho) se escurrió por su boca. Su expresión se tornó pálida, y rápidamente la gota le entró por la tráquea, cayó al suelo, convulsionando. Debido al riesgo de que alguna hoja, toxina o gota más grande de lo normal (Cosas muy normales en la Arboleda Romantis) se introdujera por su boca, decidió no toser. Por un momento, pudo observar un destello blanco recorrer el horizonte, acompañado de otros cinco, pasaron por su vista otra vez, y uno de ellos paró en seco, revelando así su figura, un monstruo humanoide pálido y sin cara, pero con una boca gigantesca y acolmillada. Se acercó lentamente a Lucas, tirado en el suelo y colapsando. Cerró los ojos lentamente, creyó que estaba alucinando, de repente, el dolor se había ido, pudo levantarse de nuevo, para observar a la deforme figura que tenía delante, todavía sonriendo. Se cayó de nuevo al suelo y comenzó a gritar, claramente asustado. La figura retrocedió al ver que la persona que trataba de ayudar le mostraba un claro disgusto, su sonrisa se debilitó, pero no estaba enfadada, más bien satisfecha. Se dispuso a irse de vuelta con sus compañeros, pero Pansear desconfiaba de aquella criatura así que usó lanzallamas sobre la pálida calva de aquel monstruo, que rápidamente se dio la vuelta y miró al pequeño chimpance, su sonrisa se transformó en una mueca de disgusto y comenzó a producir unos gritos agudos, Lucas gritó también y se dispuso a correr desesperadamente lejos de esa criatura, que le comenzó a seguir, aunque a una velocidad bastante lenta.
Lucas llegó a una pequeña cabaña para refugiarse, cerró la puerta inmediatamente tras entrar, con llave. Pansear y Budew siguieron a su entrenador, y se acurrucaron en sus píes "Q-Que era eso." Se dijo a si mismo, se dispuso a bloquear la puerta con un mueble cercano, pero antes de eso, pudo oir el sonido de unas cadenas chocando entre sí. Pansear escaló la pierna de su entrenador hasta llegar a su mochila, y Budew simplemente se escondió tras su pie "Por favor, Arceus, quédate conmigo y no dejes que mi viaje acabe así de rápido, por favor, Arceus, por favor, por fa-" Sus súplicas fueron interrumpidas por otro choque de cadenas, por lo que se dirigió a donde creía que ese sonido provenía, la cocina del lugar, abrió la puerta y todo estaba en completa oscuridad, avanzó hacia lo que se podía distinguir que era un frigorífico y lo abrió para ver si había luz, en efecto, un débil rayo de luz iluminó el rincón de la habitación en diagonal, miró hacia el rincón donde se oían las cadenas y lo que vio allí no se podía descubrir con palabras humanas. Era un hombre casi completamente cubierto de sangre, sus dientes estaban totalmente arrancados y los pocos que le quedaban estaban colgando por su labio inferior, que estaba desgarrado. Su pelo estaba mojado y en su mayoría arrancado. Sus ojos estaban inyectados en sangre, muy abiertos, sus orejas estaban partidas, una de ellas se había despegado de su cabeza y estaba colgando, estaba completamente encadenado a la pared, las cadenas provenían de todas partes de su cuerpo, boca, ojos, orejas, pezones, cintura... Ambos comenzaron a gritar, Lucas se tiró al suelo y se cubrió los ojos, rezándole a Arceus que le sacara de aquel lugar, cuando trató de mirar al hombre otra vez, este estaba totalmente bien, su ropa estaba un poco rasgada, pero eso era todo, aún así, siguió gritando, Lucas sacudió su cabeza y se levanto, todo era un producto de su imaginación "¡Fuera, fuera de aquí, lejos!" Gritaba el hombre, Lucas, confuso, se le acercó un poco más "L-Lo siento, estoy perdido. ¿Puede ayudarme?" El hombre parecía sorprendido, miró a Lucas, como si fuera la primera vez "N-No te estoy hablando a tí, mira!" Señaló su dedo a algo detrás de Lucas, este se dio la vuelta rápidamente, al no ver nada, volvió a mirar al hombre "No los ves? Un ejército de hombres sin cara!" Volvió a gritar, Lucas tragó saliba y se dio la vuelta de nuevo, solo para ver a un grupo de seis de las mismas criaturas que había visto antes. Las criaturas le sonrieron y, a gran velocidad, se avalanzaron contra él, pero Lucas no notó nada, no le iban a atacar a él, sino al hombre. Que tras recibir varios cortes y arañazos provenientes de las criaturas, dejó sonar un chillido paranormal, que poco a poco se transformó en el grito de un Pokémon... un Unown.
De repente, la cabeza del hombre se fue despellejando poco a poco, su cráneo se rompió, dejando paso a una figura circular con un gran ojo en el centro, un Unown. Esta criatura empezó a levitar nerviosamente alredor de la habitación, hasta que una de las criaturas pudo atraparlo y rematarlo, introduciendo su garra en el gigantesco ojo. Lucas se cubrió sus ojos, llorando. De repente, sintió unas manos frías en su mejilla. Abrió los ojos y vio a una de las criaturas, que le ayudó a levantarse "Espera, e-entonces vosotros matáis Unowns?" Una de las extrañas criaturas asintió, miró hacia la puerta de la casa abandonada y poco a poco caminó hacia ella, junto al resto de su grupo. Lucas entonces se desmayó. Más tarde, despertó en esa misma casa, ahora con luz. Aunque trató de olvidar aquel horrendo recuerdo, tuvo más visiones sobre aquellas criaturas, algo le decían que eran amistosas, o que simplemente trataban de realizar una buena causa.
Lucas sonrió, al ver a sus 'amigos' de nuevo, extendió su mano, una de las criaturas la agarró. Se miraron mutuamente y ambos asintieron "Es hora de parar esta locura." Dijo Lucas, con su último aliento, la criatura le soltó la mano y le recostó en el sillón, donde Lucas cerró los ojos y finalmente, murió. De repente, una silueta astral ascendió de su cuerpo sin vida, que fue poco a poco volviéndose sólida, el espíritu de Lucas se había convertido en una de esas criaturas, el grupo comenzó a caminar hacia la salida de la vieja cabaña.
Mientras tanto, en un lugar desconocido, una pared tiene tallados unos ciertos símbolos parecidos a unos Unowns, concretamente 15. Uno de ellos se vuelve rojo, mientras la oscuridad comienza a invadir el lugar.